martes, 12 de marzo de 2013



Empezando en Twitter: saberes
 

Hoy es un día especial como lo son todos los días en que sepamos ver más allá de las “banalidades”. Hace muchos años que vivo en la Palabra y para la Palabra. Palabra y Viva o Palabra y Vida… mejor Palabra-Vida así: palabra como aliento como generador de vida; vida como creador como sustentador de la palabra.
Algo “banal” observé esta mañana al salir a trotar en el parque La Paz. Frente a mi casa estaban tres palomas blancas. Una de ella muerta con el pico hacia arriba y los ojos abajados mirando al cielo y las otras dos escoltándolas y, a mi pasos, allí estuvieron. A mi regreso seguían allí y así después de dos y tres horas... Yo no supe que hacer. Todo tiene sentido… La vida sigue sorprendiéndonos.

viernes, 10 de agosto de 2012

Una educación para la vida en plenitud


Este es un espacio para la época post-colonialista. Hemos obtenido la libertad territorial a costa de divisiones profundas del ser madre-tierra, de las culturas e interrelación del existir de los pueblos originarios de la tierra Abia Yala pero todavía dependemos profundamente de los modelos culturales y de docencias del mundo griego-occidental.
Hay un entramado extraordinario de culturas y reciprocidad que hemos sumiso al poder de armas todopoderosa de los conquistadores antiguos y modernos. Estos extraordinarios saberes los hemos humillados y puesto bajo los poderes omnímodos de las economías, de las tecnologías, de la dominación del pensamiento filosófico-teológico griego-occidental.
El mundo actual, nuestro planeta tierra, ya llegó al límite de su desarrollo depredador de la naturaleza y ha llegado el momento de rescatar el equilibrio de sus orígenes integradores del ser y del vivir de toda la creación.

Está naciendo la tercera época de la humanidad
La humanidad está ahora marcada por profundos contrastes dentro de una aparente normalidad. Cada día la lucha se hace más encarnizada para conseguir un buen vivir, una lucha que se expresa en alcanzar una mejor profesión para un trabajo de altura que llene las exigencias a semejanza de las clases media alta.
El ser hombre-mujer siempre ha sido marcado entre las realidades sensibles y la  existencia superior, entre la satisfacción del poseer y la alegría del dar, entre el yo y los demás, entre la muerte y la vida.
Todos luchamos en forma honesta o deshonesta para conseguir los bienes concretos como el alimento, el vestido, la casa y la diversión, la salud y dinero fácil y finalmente el conocimiento como un medio para superar a los otros y, tal vez, humillarlos y hasta plegarlos a nuestro servicio.
Una minoría, cada día más insignificante, busca el crecimiento espiritual y todo lo que puede alimentar el ser humano en forma equilibrada con una mirada puesta en el Creador, a la Patria común y al lugar donde alcanzaremos el final integrador a nuestros días terrenales.
No se trata de ser religioso o no serlos, de creer o no creer, de pertenecer a una iglesia o profesar dogmas o ideologías sino de adquirir aquellos conocimientos que integran y valorizan el nacer y el vivir. Se trata del crecimiento propio y la vivencia familiar y comunitaria, de la defensa de la creación como su aprovechamiento para la plenitud del existir, del respeto a todos y de la reciprocidad como preludio de una vida en plenitud.
Todos los gobiernos o régimen políticos se esfuerzan de proporcionar una vida digna a sus ciudadanos dentro de una lucha a nunca acabar. Se planifica la máxima felicidad para los habitantes del territorio nacional y la limosna para los que no han podido superar los límites de pobreza extrema; la superioridad para sí con la finalidad que los demás se acostumbren a depender.
Se sostiene que lo primero es la economía y después las exigencias del pueblo, se alimenta la idea que sin un mercado aventajado no hay un futuro sustentable. Se proponen una vida cada día más dispendiosa dentro de la ley “compra-venta”: producir más para consumir más y vivir más boyantes.
Otros imponen lo contrario para evitar la competencia del poderoso que produce profundas diferencias sociales. Para ellos es necesario un gobierno con soberanía que suministre equitativamente las riquezas siempre insuficientes del país. A menudo se  distribuye por presuntos criterios de ecuanimidad o sin exigencias para las personas beneficiadas, sin compromiso social ni trabajo productivo, en cambio los que administran se vuelven gobernadores y dueños.
 Es necesario superar la carrera del buen vivir por la del bien vivir, la del tener por la del ser. La idealidad tiene que transformase en realidad a través del conocimiento y saberes que nos transforman en seres humanos, que nos hermanan y nos llevan a la plenitud de vida.
Todo ser humano, mujer-hombre, está llamado a mirar hacia el Oriente, hacia el Edén perdido  para remontar los caminos de la justicia y de la paz. No es un sueño idílico sin una necesidad de superación para perfeccionar el adam primitivo de la misma manera que Miguel Ángel recabó, de una un bloque único de mármol blanco, un semblante casi perfecto para exclamar: ¿por qué no habla o Moisés? O como reza el salmista que el ser humano necesita refinarse al fuego hasta siete veces, hasta la perfección.
Todos saberes humanos son el camino de la perfección para recabar con la energía del estudio y del trabajo un ser semejante a su creador, capaz de ser cocreador con aquel que estaba en el principio, que es y que será.
Hay grandes y pequeñas tradiciones que nos indican los caminos a recorrer, no ciertamente fáciles pero sí alimentadores de seres humanos integrales, llenos de certezas y de capacidad para asumir la corresponsabilidad hacia uno mismo, hacia nuestros pueblos y la totalidad de la creación.

 Bernardo Favaretto

bernardofav@yahoo.com